Akira Toriyama ha fallecido. Todavía me cuesta asumirlo, incluso ahora mientras escribo este homenaje. No se que decir sinceramente, ya que ha cambiado mi vida desde que lo veía en mi infancia y preadolescencia. Es el mangaka que más ha impactado en el shonen. La palabra legendario se queda corta a su lado y su legado es uno de los más grandes de toda la historia de la ficción. Todo eso ya lo sabéis, pero es necesario recordarlo. Sin Toriyama, el mundo no sería el mismo. El manga no sería el mismo. Yo no sería el mismo.
La obra ha influenciado a muchísimas personas en el mundo: Primero, en las próximas generaciones de mangakas, ya que no tendríamos obras como One Piece, Naruto, Bleach, Jujutsu Kaisen o Kimetsu No Yaiba si no fuera por Toriyama. Su legado también ha influido en el mundo de los videojuegos, siendo diseñador de personajes de Chrono Trigger y Dragon Quest, entre otros. Todas estas obras son muy importantes y disfrutadas por millones de fans en la actualidad, por lo que se puede decir que, indirectamente, también les ha influido en sus vidas aunque no hayan visto la obra original.
Mi historia con Dragon Ball es como la de cualquier fan de la obra. La empecé a ver por los canales Cuatro y Boing, sobre todo esta última. Es cierto que pude ver algo de la serie original, pero mi infancia es puro Dragon Ball Z. Mis primeros recuerdos son el inicio de la saga de los Sayans (los míticos Superguerreros), viendo a Goku y a Son Gohan llegando desde los cielos sobre la nube voladora. Veía los capítulos a la noche y no había un solo día en el que no me iba a la cama sin haber visto las aventuras de Goku y a los demás. Unos recuerdos que conservo como un tesoro y por los que estoy tremendamente agradecido.
La verdad es que no había visto nada parecido hasta ese entonces, sobre todo en cuanto a violencia, sangre y peleas. Cambió todo mi mundo y me acercó aún más al mundo del shonnen en el que continúo hoy en día. La serie me acompañó mientras crecía, y la disfrutaba de muchas maneras: Su maravilloso anime, sus increíbles videojuegos, sus películas... Es más, creo que me introdujo por primera vez a una comunidad de fans, disfrutando de teorías, raps y AMVs de las mejores partes de la obra. Sin duda, Dragon Ball me hizo ser el fan que soy en la actualidad.
No tengo mucho más que decir. No me salen las palabras. Hace tiempo que dejé la ibra como tal. De vez en cuando miraba que ocurría en las sagas actuales, pero ni mucho menos de la manera de antaño. Y eso está bien, ya que la obra fue una parte importante de mi infancia que dejé ir en el momento adecuado, pero que sin embargo nunca la olvidé, siempre estaba ahí. Y siempre estará en mi vida, y en la vida de todos los niños que hemos crecido con ella. Gracias por tanto, Toriyama-Sensei, y descansa.
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